26/5/13

La huella que hay que dejar

Hay mucho que decir respecto a la muerte. Unos piensan que hay "algo más" después de lo que conocemos como realidad, otros permanecen esperanzados en conocer a Dios y su voluntad divina. Todo eso está sumamente bien pero habemos otros que la respuesta de "Dios" no nos basta y se nos tacha de rebeldes, desadaptados sociales o locos y por eso mismo debemos entender qué "Diáblos" significa vivir para la humanidad.

Me encanta mi tio Mario, para él la muerte de su madre puede (o debe) ser motivo de felicidad. En sus palabras dice «mi mamá quería que celebraran, ella decía: "No quiero que me lloren, la muerte es para celebrar"»

Estaba yo muy pequeño para entender esta filosofía, ella vino un par de veces pero jamás podría haberle discutido su punto de vista, sin embargo es de entender que se trata de "la abuela" y por lo tanto su misión está plasmada entre sus hijos, nietos, alumnos, profesores, entre otros.

Las abuelas siempre serán un gusto, son la expresión clara de una manera (parcial) de ver la vida, que merece respeto, comprensión y sobre todo entendimiento y que nos hace ser (a los que escuchamos) partícipe de una reflexión primaria y básica: la vida.

Ojalá que la vida nos llene de satisfacción: sobrinos aspirantes al mundo, abuelos consejeros de los mejores saberes y sobre todo experiencias (gratas y no tan gratas) que nos pueden hacer crecer como seres humanos. Señores, la vida es una, la experiencia es una tan sola vez, el aprendizaje, el conocimiento es una actitud que debemos tener en todo momento. Porque la vida es al final un solo objetivo: "dejar huella". Dejemos huella pues mis amigos queridos.

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