Después de leer opiniones en redes sociales, notas en los periódicos locales, discusiones con amigos y familiares y un poco de reflexión, la acción tomada por la Iglesia Católica salvadoreña para terminar el 2011 fue definitivamente una lección.
En primer lugar, en 1997 cuando se instaló el mural diseñado por Fernando Llort alrededor de la entrada principal de Catedral, muchos criticaron el trabajo alegando que no era adecuado estéticamente, lo cierto es que este edificio se comenzó a construir en 1956 y fue terminado hasta 1999, durante las cuatro décadas en que se construyó se realizaron diferentes aplicaciones y construcciones tanto superficiales como volumétricas, lo que hizo que se calificara como una arquitectura ecléctica; el término ecléctico viene del verbo griego escoger (επιλέξτε), puesto que lo que hacen los arquitectos y artistas en general, con este estilo, es escoger de toda la historia del arte lo que más les interesa. Probablemente el problema de esta arquitectura sea el criterio de selección pero lo más importante es que dentro del eclecticismo de Catedral el mural diseñado por Llort era una obra de arte que ya formaba parte de su arquitectura y por lo tanto nada despreciable.
En segundo lugar, en el mural de cerámica estaba representado alegóricamente el pueblo de Dios, el nuevo hombre y la nueva mujer abstraidos con el lenguaje gráfico del artista, nuestras raíces precolombinas, los ángeles guardianes, la paloma como símbolo de paz y un coronamiento de la representación de la Última Cena. Estos elementos compositivos de la obra contenían una relación directa con su propio contexto dándole a Catedral un sentido y un mensaje positivo. Es posible que su lectura no haya sido clara para todos pero su fisonomía logró ser identificada por los salvadoreños pese a sus iniciales críticas y por lo tanto ya era un valor cultural en si mismo
En tercer lugar el material con que fue hecho el mural eran piezas de cerámica de un tamaño relativamente pequeño que fueron imprimadas con secciones de la obra artística, a este sistema de colocación de piezas de diversos colores se le conoce como mosaico, en este caso la colocación sistemática de cada una de ellas hizo posible la visualización de la obra a una escala mayor. Para 1999 el país ya había comenzando a industrializar la instalación de cerámica en pisos y paredes (anteriormente solo realizado en zonas húmedas como baños o cocinas) y por lo tanto la calidad de imprimado era mucho mejor que las producciones de décadas anteriores, su decoloración era prácticamente normal, prueba de ello es que en 15 años jamás se dejó de visualizar la obra. Desconozco si en el proceso se utilizó pegamentos especiales para su adhesión sin embargo en la actualidad existen pegamentos a base de resina epoxi o poliepóxido utilizados a nivel estructural en ingeniería, frecuentemente utilizados para unir concreto antiguo con nuevo e incluso para reparar grietas sobre pavimentos. En general, si el secado de este adhesivo se realiza con calor, será más resistente al calor y a los agentes químicos que si se seca a temperatura ambiente. La resistencia a la tracción de este tipo de adhesivos puede llegar a superar los 350 kg/cm², lo que le convierte en el adhesivo más resistente del mundo. Sin duda si hubiese existido alguna pieza en el mural que representara un peligro para quienes transitaran en la entrada de Catedral, este material es más que suficiente para evitar cualquier desastre.
En cuarto lugar, cualquier persona que realiza una intervención física en el exterior de su propiedad está obligada a solicitar ciertos permisos, de entrada es la Alcaldía de San Salvador (en este caso) quien orienta el proceso a seguir ya que esta es quien realiza cobros basados en una tasa que relaciona el exterior de las propiedades con el volumen de trabajo que esta realiza, seguramente la Alcaldía hubiera remitido el caso a OPAMSS (Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador) y es aquí donde hubieran remitido a SECULTURA (Secretaría de Cultura de la Presidencia) para aprobación o no de la remoción de una obra de arte. Probablemente se critiquen los procesos burocráticos de las diferentes instituciones por las que debe pasarse para realizar este trámite pero lo cierto es que cada edificio contiene elementos de diferente calidad y procedencia y por lo tanto quienes deben pronunciarse ante estas condiciones son las autoridades competentes, en este caso SECULTURA. No se puede asumir ignorancia cuando la verdad es que existe una autoridad mal realizada, cuando se tiene autoridad también se debe tener responsabilidad y aquí hemos visto como la misma Iglesia Católica ha querido pasar por encima de las leyes que rigen nuestro sistema, esta vez la Ley de Patrimonio.
Por último y no menos importante, es que se trata de una obra de arte, con un valor en sí misma y el otorgado por los salvadoreños al apodarla como "La Toallona". Es el hecho mismo de ser arte el que consolida todas las lecciones anteriores ya que es este hecho el que nos debe hacer reflexionar sobre lo que tenemos frente a nosotros cuando vemos arte. Arte no se trata solo de "gustos" sino de una expresión artística, de la interpretación de la realidad y por lo tanto de un mensaje (a veces agradable y a veces no), también se trata de una identificación, de una sensación o emoción que nos provoca. El arte también abraza la tecnología cuando esta le permite producirse en diferentes maneras, preservarse mediante técnicas avanzadas o mejorarse, pero lo más importante el arte debe ser preservado como trabajo valioso, único y exclusivo y por lo tanto las leyes que lo protegen deben respetarse sin tomar decisiones sin conocimiento.
Las declaraciones de la Iglesia Católica tan contradictorias, escuetas y algunas hasta estúpidas han sonado como un insulto a la inteligencia de los salvadoreños, parece increíble como autoridades que dicen ser mensajeros de Dios pretendan justificar sus errores con razones inventadas y ridículas en lugar de aceptarlos como humanos y voceros de una institución religiosa que cada día pierde más feligreses, el error ya está hecho y lo mejor en momentos como este es aceptarlo y remediarlo responsablemente. En resumen Catedral nos ha dejado a todos una lección grande: Todo lo que no se debe hacer.
Notas:
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- La imagen de esta entrada es cortesía del fotógrafo Alejandro Albanez.