"Beatriz", como mediáticamente se le conoce, es una joven de 22 años que padece de lupus eritematoso y se encuentra embarazada, "Beatriz" muy éticamente ha solicitado se le permita realizar un aborto inducido, ya que el feto en su interior es anencefálico (sin cerebro) y, debido a su enfermedad, la vida del feto y la de ella están en riesgo al momento del parto. Por ahora grupos conservadores la han tachado de formar parte de una estrategia política para legalizar el aborto, así coinciden el Dr. Carlos Mayora, ginecólogo de Red Familia y Julia Regina de Cardenal de la Fundación Si a la Vida, en La Página, y el arzobispo de San Salvador José Luis Escobar en La Prensa Gráfica. Este último citando convenientemente el artículo uno de la Constitución "El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado..." haciendo referencia a la discusión que se está desarrollando en la Corte Suprema en torno al tema y pidiendo a esta tomar en consideración dicho artículo al momento de emitir un fallo. Como si no fuera deber de la Corte tomar la constitución como base de sus funciones.
El día de ayer, en mi usual tarde familiar de sábado, hubo un momento en que discutimos un poco esta polémica, mi hermana, una católica odontóloga, siempre aporta mucho con su punto de vista científico y religioso a temas en donde interviene la salud humana, e hizo un cuestionamiento muy válido: "¿Por qué tienen que decidir magistrados frente a un problema de salud?" de inmediato le expliqué que se trataba de un problema legal ya que existía la posibilidad de un aborto, y completé que lo más sensato sería que la Corte se asesorara de las gremiales pertinentes para validar los conocimientos necesarios. Mi hermana con propiedad respondió: "Ese feto no tiene cerebro, eso no es un ser humano sino un vegetal". Este comentario se quedó en mi mente recordando opiniones como la del Dr. Mayora en donde se defiende a capa y espada "la vida" (a secas), en efecto un feto, sin cerebro, un vegetal, tiene vida como un árbol, un cactus, una palmera, pero ¿vida humana?
La Comisión Teológica Internacional hace énfasis en sus escritos que la persona humana es un ser creado a imagen de Dios (Imago Dei) y de esta premisa derivan muchos de los fundamentos en los que se defiende la vida (humana) tomando en consideración que cada hombre y mujer son criaturas de Dios, sin embargo uno de los conceptos básicos de esta teología es que la humanidad se compone de alma y cuerpo y por lo tanto "los seres humanos, creados a imagen de Dios, son personas llamadas a gozar de la comunión y a desempeñar un servicio en un universo físico. Las actividades que derivan de la comunión interpersonal y del servicio responsable se refieren a las capacidades espirituales —intelectuales y afectivas— de las personas humanas, pero no excluyen el cuerpo. Los seres humanos son seres físicos que comparten el mundo con otros seres vivos."
Por otro lado, Jacqueline Álvarez del blog Articuloz define que "la Persona Humana es un ser independiente, inteligente y racional, que desde pequeño desarrolla sus conocimientos, y se apoya en la educación para desarrollar todas sus potencialidades frente a la sociedad."
Es pues evidente que el rol de la inteligencia y la interacción social son parte intrínseca del ser humano, no solo como ser vivo sino como Persona Humana, es lo que lo dista de otras especies animales y vegetales, es lo que ha permitido que desarrolle cultura, conocimiento, tecnología y sobre todo lo que ha permitido su subsistencia. Las opiniones miopes vertidas por grupos conservadores no son más que un sensacionalismo poco estudiado, en donde claramente se omite la palabra "humano", se tergiversa el concepto filosófico de "persona humana" e incluso no completa el citado artículo 1 de la Constitución que en realidad concluye: "...que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común. En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República, el goce de la libertad, la salud, la cultura,el bienestar económico y la justicia social."
Definitivamente, en primer lugar el feto en el interior de "Beatriz" no puede considerarse una persona humana ya que al nacer, aunque siguiera con vida, no realizaría ningún tipo de interacción social o actividad que le permitiera su propia evolución y en segundo lugar, "Beatriz" es una persona humana y por lo tanto el estado debe garantizar su goce de libertad, salud, cultura, bienestar económico y justicia social. Por lo tanto, desde el punto de vista ético no hay nada que discutir.
Nota: la imagen de esta entrada no pertenece al autor de este blog.
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