Tuve la semana en ocupación, en pensamiento, en ejecución, en ideas y en probables ideas. En un momento se me olvidaron las preocupaciones, aquellas que no dejan dormir con tranquilidad y que te hacen despertar con dolor de espalda o de cuello. Hoy termino con una sensación de satisfacción, un trago, un aire fresco y una fatiga que me recuerda que ya no tengo 26. Mañana una misión extra que no estaba en mis planes pero que subraya mi amor por la arquitectura, por el ejercicio propio y tan detallado de la arquitectura y al mismo el agrado de compartir responsablemente mi conocimiento.
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