Con mi papá uno de los temas que siempre han sido discusión al hablar de arquitectura ha sido el concepto de "Concepto", un término muy usado en el vocablo popular y que muchas veces su importancia pasa inadvertida. Precisamente de éstas pláticas con mi papá y de ver como evaluaba a sus alumnos universitarios, ahora una de las cosas en que me concentro enseñar es precisamente la "conceptualización" de los proyectos de arquitectura, casi me atrevo a decir que esta parte del proceso es la clave del éxito en un diseño arquitectónico; ya son dos los grupos en los que he enseñado este término y su aplicación dentro de la gestión de un proyecto de pequeña y gran escala a tal punto que me pareció apropiado invitar a mi mejor amigo que maneja mejor este tema que tantas veces abraza la filosofía.
Hemos llegado a momentos de mucho pensamiento, en donde la deducción de necesidades humanas y la interpretación de lo real, la situación, las condiciones existentes han tomado gran parte del tiempo dentro del diseño arquitectónico; también hemos llegado a detalles peculiares dentro de la conceptualización en donde el simple hecho de crear el nombre apropiado para un espacio específico donde se realizan determinadas actividades se vuelve de trascendental importancia, y es justo en este punto donde he hecho un alto para ver la vida.
Los seres humanos, por uso de razón hacemos una clasificación de todos los segmentos que componen lo real, este proceso racional muchas veces normaliza una serie de situaciones y nos permite comprender más rapidamente lo percibido por los sentidos: existen pobres y ricos, blanco y negro, alto y bajo y recurrimos muy convenientemente a genéricos que nos ubican en medio de éstos términos, así existen: la supuesta clase media, los grises, los medianos; como si resultara muy sencillo encerrar, en ese conjunto de elementos, a todas aquellas situaciones particulares, peculiares, especiales que no son más que parte inherente de lo real.
Sin embargo, lo más dificil de este racional de lo real, son las relaciones entre los seres humanos, los sentimientos, aquello que no se percibe de forma individual si no en función de un nexo naturalmente social. Lo primero que el racional humano hace es clasificar por la percepción inicial: "me cae bien", "me cae mal"; y así sucesivamente dentro de un proceso de interacción en el que el ser humano agrupa a las personas. Los seres humanos somos por naturaleza sociales, pero a raíz de eso mismo, nuestra interacción nos hace históricamente individuales y por lo tanto los nexos que se forman en las relaciones que hacemos dificilmente pueden clasificarse, mucho menos ponerle un nombre que logre encerrar los sentimientos y las razones por las cuales se decide tener una relación.
2 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo, muchas veces nos cerramos a tratar de clasificar todo, incluso eso que no sabemos que es para no salir de nuestra área de comfort. El entrar en lo desconcido en ese "no se que siento" en esas "mariposas en el estomago" o en "lo quiero ver muerto" es lo que nos hace ampliar horizontes, conocer y explorar puntos de vista antes invisibles para nosotros. Dentro de la arquitectura (tema del cual no se nada) es de tomar en cuenta que no son "Legos" que se unen para darle forma a un espacio, sino más bien encontrar la esencia de ese espacio unirlo con la necesidad que se busca suplir para que de como resultado una obra de arte.
Me gusto mucho la nota, gracias por ponernos a pensar.
Encasillar?, Etiquetar? son esas las palabras que resumen este articulo? o estoy generalizando demasiado? hahaha me parece de sumo interes este punto que estas tocando rafael y como lo has relacionado con tu area laboral y creo que es un asunto del que se nos muestran situaciones diariamente, y a las cuales debemos darles la importancia nescesaria sin llegar a generalizar y darles la importancia que ameritan.
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