Si la práctica de la arquitectura tiene que ver con el arte y la ciencia de una nueva obra, entonces, la práctica de la arquitectura de interiores se ocupa de la reforma de edificios existentes para dar paso a nuevos usos. Así se consigue clarificar la diferencia entre ambas carreras pero entonces ¿arquitectura de interiores es una disciplina limitada?
Cuando se habla de reforma de edificios existentes, el lenguaje coloquial lleva a pensar vaga y pobremente en remodelaciones, de esas modificaciones que se pueden ver en San Salvador en donde de "alguna manera" se consigue "cambiar la cara" de los edificios para que "luzcan de otra manera" ahí es donde radica el problema. Anteriormente he escrito que las ciudades, en cuanto asentamientos humanos, tienden a la densificación en el uso del suelo, esto debido a varios factores entre los que podemos mencionar: el valor de la tierra (plusvalía) y la sobre-población. En cualquier caso los principios del urbanismo integral persiguen densificar el suelo considerando lo siguiente:
- Movilidad no motorizada
- Uso y dignificación del transporte público.
- Valoración del espacio público.
- Uso mixto del suelo.
- Plantas bajas activas.
- Gestión del automóvil.
- Participación ciudadana.
La transformación de las ciudades existentes demandan la gestión del espacio físico en función de la armoniosa convivencia ciudadana aunada a la densificación, por lo que el uso mixto del suelo y las plantas bajas activas se convierten en competencias claras de la arquitectura de interiores cuando se trata de la intervención de edificios existentes, lo que convierte a esta carrera en pieza clave en el desarrollo de las ciudades.
Una vivienda situada en la colonia Flor Blanca (1930 - 1940) podría ser restaurada en toda su arquitectura, pero sería ridículo pensar que su uso habitacional será el original considerando la realidad socio-espacial en que se ubica; pero podría muy bien rediseñarse para conformar locales comerciales o también, podría ser el caso, de que su interior se vuelva a configurar para viviendas pero de menor tamaño. (si es que fuera el caso). De cualquier manera, es a la arquitectura de interiores a quien compete realizar una intervención responsable, acorde a las necesidades de la sociedad, respetuosa de la estructura arquitectónica original y armoniosa con el medio ambiente; este tratamiento lleva a la creación de plantas bajas activas, es decir, propiciar a través del rediseño, la vida urbana a nivel de calles y aceras. La arquitectura de interiores comerciales tiene la virtud de ser flexible según el mercado en que se inserta, de tal manera que los comercios se completan con los productos que venden (merchandising), en esta oportunidad la arquitectura de interiores abraza el mercadeo al diseñar los interiores comerciales en función del éxito comercial de un negocio. En ambas oportunidades hay muchos factores que la arquitectura de interiores considera en la toma de decisiones para que su incidencia sea positiva, por lo que, lejos de ser limitada, la arquitectura de interiores es sumamente amplia.
A partir de lo anterior, puede comprenderse que "dar paso a nuevos usos" es una misión importante dentro de la arquitectura y además, por su propio carácter, es una actividad que demanda de un trabajo minucioso que comienza con la comprensión del espacio arquitectónico, se desarrolla de manera creativa dando solución a nuevas configuraciones espaciales tanto a nivel formal (tratamiento superficial) como a nivel funcional (distribución) y culmina con la definición de aquellos detalles que hacen la diferencia: muebles, equipos, luminarias, artes, texturas, patrones, objetos, jardines... toda una composición armoniosa ideada para un nuevo uso.