En el 2009, justo unos días después de haber dejado mi antiguo empleo, estuve frente a la entrada de la Asamblea Legislativa apoyando que no se ratificaran los artículos 32, 33 y 34 de nuestra Constitución, hoy, 5 años después, las lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, grupo conocido como LGBTI, nos encontramos de nuevo bajo la amenaza de esta ratificación que pretende definir el matrimonio únicamente entre personas de sexo opuesto "así nacidos", según afirman sus promotores.
Mucha gente, gays o no, califica esta acción como irrelevante "a mi no me interesa casarme" dice "Manuel" un cercano amigo gay a quien estimo y con quien probablemente comparto su visión, pero eso no significa que nuestra manera de ver el matrimonio, casamiento o unión civil -como se le quiera llamar- sea representativa de los intereses de todos. "Louis" un amigo inglés que vivió cuatro años en El Salvador estaba casado con su esposa "Melannie" tuvo tres hijos con ella y una vez radicado en este país, conservador y mayoritariamente homofóbico, salió del clóset luego de muchos años de matrimonio; eso fue hace diez años, hace diez días mi pareja y yo recibimos una invitación a su boda con "Carl" en Londres, nos visitaron hace un par de años y hacen una bonita pareja. Ojalá pudieramos ir.
Es verdaderamente indignante que existan personas, que se asumen políticos y que pretenden obstaculizar el derecho que cualquier persona tiene de juntarse con otra sin importar su condición, es que todos los seres humanos tenemos derechos. Hablar de dogmas religiosos desde la política es también discriminador, no se trata de valores cristianos, se trata de valores humanos. Señores políticos ¿qué acaso no han sido formados como entes pensantes? ¿tienen que recurrir a la religión antes que la filosofía, la razón y la verdad? Por favor, no se trata de ganar adeptos utilizando las creencias de las personas se trata de influir positivamente en ellas para crear un mundo mejor, esa es su responsabilidad como políticos. El problema no es que se llame matrimonio o de otra forma, el problema es que esto deja abierta la posibilidad a futuras restricciones a los derechos que todos tenemos.
Debo felicitar al FMLN ya que en el cierre de su campaña uno de los puntos focales más interesantes en medio de muchos de sus adeptos fue la bandera gay (esa del arco iris con seis colores), felicito también a los travestis e intersexuales que tienen más valor que nosotros, los que pretendemos ser "discretos", porque se atreven a defender nuestros derechos -sí, nuestros- y por último hay que felicitar a los militantes y asistentes en general porque, hasta donde yo sé, no hubo ningún acto de odio, transfobia u ofensa relevante dentro de este acto. Demuestra un alto valor cultural y social.
Escribí esta entrada porque la ocasión lo requiere, como dije antes, al igual que "Manuel" y muchos otros, ni a mi pareja ni a mí nos ha interesado casarnos pero entiendo a "Louis" que como muchos otros tienen todo el derecho a unir sus vidas junto a la persona que aman, así como también tienen derecho a equivocarse, pelearse, entrar en crisis, sufrir, reconciliarse, reencontrarse o bien divorciarse. Al fin todos somos humanos.
Notas:
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