En planta, la torre está resuelta de una manera simple, colocando 4 apartamentos por nivel unidos por un núcleo donde se concentran las circulaciones horizontales y verticales por lo que, en términos de funcionalidad, el diseño es sumamente eficiente; la disposición de los estacionamientos en los primeros 2 niveles a partir de la calle separa claramente las áreas privativas en los niveles superiores, lo que permite que desde los apartamentos más bajos se pueda disfrutar de las vistas a San Salvador.
En cuanto al lenguaje arquitectónico, el edificio se proyectó con un recubrimiento de barro sisado que le brindaría calidez en contraste con columnas y remates blancos que destacarían sobre la volumetría que limpiamente la definían los voladizos de las terrazas de cada apartamento, esta serie de planos repetidos hasta el último nivel eran rematados con un frontón triangular que en definitiva proveería de carácter al edificio.
Lamentablemente, y como parte de los procesos de venta y re-ingeniería, "La Loma" tuvo modificaciones en su diseño, y su construcción a simple vista carece de una supervisión arquitectónica que guiara el buen desarrollo de la obra. Por alguna razón (posiblemente financiera) las terrazas fueron anuladas quedando la volumetría del edificio completamente pobre, el material de recubrimiento de barro también fue omitido sustituyéndose por un color verde que pretende asemejarse a la naturaleza y finalmente el frontón de forma triangular se sustituyó por uno rectangular que genera un peso visual excesivo al eliminar el resto de elementos de la volumetría; a esto se le agrega una falta grave de observación en la solución integral de instalaciones ya que el edificio deja en una evidente y desordenada ubicación todas las bajadas de aguas lluvias (y algunas negras) sin adicionar alguna riqueza a la forma del conjunto, entre otras fallas como rampas forzadas, cielos e iluminación subutilizada en el sótano, una casa de máquinas central para los elevadores que no aporta ningún volumen al edificio y sin contar con la orientación de la torre que para este caso es sacrificada por las vistas a la ciudad... esa se la podemos perdonar.
Nota: la imagen de esta entrada no pertenece al autor de este blog.
En cuanto al lenguaje arquitectónico, el edificio se proyectó con un recubrimiento de barro sisado que le brindaría calidez en contraste con columnas y remates blancos que destacarían sobre la volumetría que limpiamente la definían los voladizos de las terrazas de cada apartamento, esta serie de planos repetidos hasta el último nivel eran rematados con un frontón triangular que en definitiva proveería de carácter al edificio.
Lamentablemente, y como parte de los procesos de venta y re-ingeniería, "La Loma" tuvo modificaciones en su diseño, y su construcción a simple vista carece de una supervisión arquitectónica que guiara el buen desarrollo de la obra. Por alguna razón (posiblemente financiera) las terrazas fueron anuladas quedando la volumetría del edificio completamente pobre, el material de recubrimiento de barro también fue omitido sustituyéndose por un color verde que pretende asemejarse a la naturaleza y finalmente el frontón de forma triangular se sustituyó por uno rectangular que genera un peso visual excesivo al eliminar el resto de elementos de la volumetría; a esto se le agrega una falta grave de observación en la solución integral de instalaciones ya que el edificio deja en una evidente y desordenada ubicación todas las bajadas de aguas lluvias (y algunas negras) sin adicionar alguna riqueza a la forma del conjunto, entre otras fallas como rampas forzadas, cielos e iluminación subutilizada en el sótano, una casa de máquinas central para los elevadores que no aporta ningún volumen al edificio y sin contar con la orientación de la torre que para este caso es sacrificada por las vistas a la ciudad... esa se la podemos perdonar.
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